lunes, 1 de marzo de 2010

Reviviendo viejas épocas

Hoy, a una semana de empezar nuevamente las clases, me tuve que comer un acto de inicio escolar. Aclaremos algo. Soy primer escolta de la bandera nacional. El acto se hizo en mi vieja escuela primaria. Así que a eso de las 8 menos cuarto ya estábamos allá esperando a las autoridades de nuestra escuela para que nos den las bandas y las banderas. Para nuestra sorpresa no fueron los directivos los que aparecieron 10 minutos después de lo acordado, sino un profesor, que a la vez es padre de un amigo y compañero de curso. En fin, no puedo dejar pasar la emoción que sentí por volver a entrar a ese establecimiento que me dio tanto y que odié tanto. Por empezar, el cuadro de Bartolomé Mitre al lado de la entrada seguía igual, así como también la ubicación de la biblioteca y todos los salones pertenecían a los mismos cursos de siempre.
Me topé con mi primer maestra, quien me reconoció al instante y saludé respetuosamente. No pasó lo mismo con mi odiada maestra de 4to y 5to, la de Naturales, esa que escupía, se le caían los pelos, se le quedaba el rouge en los dientes y apestaba con su olor a tabaco. Fue ella la que me obligó a entrar a las olimpiadas de Matemática, prueba que no pasé obviamente. Además cruzaron por mi vista el portero amigo y otras viejas caras conocidas, como maestras de otros cursos.
Cabe destacar que tanto el abanderado y yo fuimos a la misma escuela, pero a divisiones distintas, lo cual no fue un inconveniente para reconocer, destacar y criticar a los ya mencionados arriba.
Mi profesora de inglés, con la que nos habíamos juntado a cenar con las chicas la semana pasada, también trabaja ahí y debo decir que fue la única que le puso un poco de color y alegría a esa mañana rodeada de guardapolvos blancos que tanto había olvidado, mochilas de Ben 10 en los hombros de los nenes y de Barbie y demás princesas de Disney en los de las nenas. Juro haber sentido ternura con un nene de jardín abanderado, con el guardapolvo cuadrillé azul y esos cachetitos redondos.
Caso contrario al de la profe de inglés ocurrió con mi profesor de gimnasia de toda la vida(hoy en día también). Ese tipo me(nos) persigue! Lo detesto, más que a cualquiera, por todo el sermón que se larga a principio de año y después con la excusa de 'los bonaerenses' no aparece en todo el año(gracias a dios), pero cobra su sueldo. Igualmente, en ese mes que lo tengo como profesor, nos hace transpirar de tantas vueltas al trote y series de abdominales, sentadillas, etc.
Debo contar que el ruido extremadamente fuerte cerca de mi oído me altera y, como no pudo ser de otra manera, nos tocó presenciar el acto al lado de un parlante bastante grande, de donde se emanaron tanto los cánticos patrios como los discursos de maestras caretas que fingían estar contentas de empezar otro año lectivo y explicar la importancia de la educación, a lo cual ni padres, ni alumnos, ni propios colegas escucharon. Hasta pude ver cómo se fijaban a cada ratito la hora para poder irse. Pero, si no fue suficiente con eso, el intendente de la ciudad estuvo presente y también tuvo que decir unas palabras. Todo ésto fue, obviamente, enfrente de nosotros, por lo tanto todos los medios y fotografías nos apuntaban. Sí, vamos a aparecer en los diarios y canales de noticieros locales. Eso no me preocupa en lo más mínimo, pero no pude evitar hacer ciertas caras ante las semejantes barrabazadas que dijeron algunos y que quedaron grabadas ante las cámaras.
De todas formas, duró menos de lo que imaginé y a eso de las 9 y media ya estaba durmiendo nuevamente en mi cama.

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