lunes, 12 de abril de 2010

Porque yo no quiero trabajar.

Llegué temprano a la escuela, definitivamente estaba ansioso y expectante por la pasantía en la empresa elaboradora de quesos. Mi compañera de dupla y el resto de los 'pasantes' me acompañaban en el sentimiento. Después de conocer al dueño de la empresa y que éste nos lleve al lugar de trabajo, nos tuvimos que cambiar, higienizar y desinfectar, etc. Nos mostraron las partes del procesos de elaboración y finalmente, cuando nos designaron las tareas, nos dividieron. A mí que me pudo haber tocado? Sí, muy bien! Lo peor. Estuve esas 7 horas de trabajo sobre unas botas de goma con taco y sin poder sentarme un solo segundo a lo largo de la jornada. Fui, vine, llevé y traje, repartí, limpié, organicé y acomodé. Apilé, reconté, tomé medidas y me resbalé. Sí, como todo principiante le tocó la parte de limpieza, así que todos los moldes de la empresa, de tamaño, color, materia prima o material pasaron por mi mano, me hicieron hacer fuerza y son los causantes de esa ampolla en el dedo, de mis marcas en el lugar donde nos emo's se cortan las venas (muñeca, puede ser? - no me salía) y un sangreadito entre las uñas. En mi vida hice tanta fuerza. Sudé, como se dice en mi casa, la gota gorda y miré cada 5 minutos el reloj para irme.
Como todo lugar de grupo, hay un conventillo en el medio y alguien a quien en el momento del almuerzo se reúnen para sacarle el cuero. En éste caso fue Jorge (sí, el de la carita de mono cn bigotes, el flaquito ese que se le caía el delantal, ni pescuezo para sostenerlo). Además de hablarme rápido, me habló bajito, así inentendible de acuerdo a mi mini-grado de sordera. Abel, el 'viejo' según bigotín, en cambio era buena onda, me entendía y me contó vida y obra de él, su familia, sus hijos y su religión, su llegada desde Santa Fé y su postura ante ciertos temas. Pedro era otro humilde, de bayio(léase barrio en entreriano) y con un alma como pocas. María, la de la cara de orto, se notaba a una legua que era falsa, pero, en contraste, cuando hablabas con ella, te caía bien. Ojo! igual la carita de primer día de menstruación la tuvo todo el día. Mirna -alias Charito - y Ángel - alias Pelusa - son el alma del lugar. No sólo son marido y mujer sino que van cantando, bailando y llenando de alegría esas paredes blancas y sacándote una sonrisa ante el esfuerzo de las barras de queso.
A medida que me iba quejando iba diciendo 'ésto lo tengo que poner en el blog, ésto lo tengo que poner en el blog'. Soy torpe por naturaleza, así que unos cuantos moldes vagos de limpieza se me cayeron, hice bastante ruido con unas barras de acero y corrí llevando al piso unos cuadrados de queso. El olor se me impregnó, el sabor me penetró y las manos me quedaron a la miseria. Los dueños me cayeron mal, pero sin embargo, le dieron mucha bola al tema higiene. Estuve en el laboratorio, aprendí a medir pH, grasas y proteínas de la leche y los quesos. Fui un empleado más, me sentí un par del monito, de los buena onda y del cliente de terapia.
Hasta el viernes nos toca a nosotros 2, pero Mirna, viendo mi cara de cansancio y de insatisfacción prometió llevarme a su sector donde está lo más lindo e interesante.

Llegué cansado, exhausto y muerto de sed. Mis piernas me rogaban un asiento así que me bajé media coca que sobró del cumpleaños de mi hermano y me acosté, viendo Intrusos. Al rato legó mi vieja con un par de regaos que le dieron en el trabajo, me bañé, merendé y empezaron a caer amigas suyas. Piqué unas masas finas y un poco de pasta frola, escuché comentarios típicos como 'estás igual a tu hermano' o 'pará de crecer, estás enorme' y me fui al curso. era una momia, me senté al fondo a la derecha (sí, al lado del baño - no, mentira) y no dije ni mú. Cabecié toda la clase, pero no dejé de tomar nota. Por suerte mi amiga no fue y no tuve que hablar con nadie.

Cuando volví a casa, lo dulce se reemplazó por pizza caliente y sandwiches de miga. Miré en la pc la mitad del primer capítulo de la novela de telefé que no pude ver y arreglé un par de temas. Me sumergí en la cena con mis abuelos y las amigas de mi mamá que recibía mensajes y llamadas y atendía a las visitas. Me escapé para contarles y ahora me voy a soplar la velita con mi mamá. Mi viejo se zarpó con el regalo que le hizo, qué buenos zapatos.

Me llaman... ¡que los cumpl...

2 comentarios:

  1. Perdón por las cosas mal escritas, la falta de tilde en algunas palabras y los signos de puntuación, pero estoy apurado y ni ganas de editar.

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  2. agitadisimo!!! para un poco che...
    quiero foto de esos zapatos!!!!

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